El puente que divide
los milagros de la realidad
es el mismo hombre
que con su ilusión
fabrica universos
que llamamos
conciencia…
Que con su amor perpetua
en la existencia
y con su devoción trasforma
su revolución en papeles
escritos en la memoria
del hombre.
Si declaro la paz,
conmigo misma,
¿ese puente para comunicarse
con el sueño que soy,
al dormir en la noche de luna,
enamorada de mi voluntad,
se revelará?
Declaro, acaso…
¿con el declarar basta?
Hoy, sin jurar, sin hablar,
que las palabras son vacías,
al ser efímeras como mis sueños,
declaro lo que soy con mi vida,
en espera del día que deje de hablar
y empiece a vivir la paz.
