Sal en mis pies
es que no entiendo lo que soy,
queriendo ver en ti,
lo que soy,
me marcho de tu vivir,
salgo de tu vientre
para volverme el agua
que limpia por donde pisaste
hasta convertirme en mar.
La partida es seria,
no hay vuelta atrás.
Paso que das,
seriedad en las venas,
aunque crees regresar,
la luz de las consecuencias
tiene su propio reloj,
sus propias reglas
cuando te ocultas
debajo de su sombra.
No regresaré.
Lo que lloré,
se ha deslizado
por todo mi cuerpo,
aprendí a dejarte ir,
aprendí a vivir conmigo,
dejar lo que creí eras
para ver con mis ojos,
lo que nunca seré,
tu imagen que tienes de mí.
Se diluye la sal,
se pega a mi cuerpo,
Camino decidido,
lo que fue mis penas,
se convirtió en la llave
que me entregó el mar.
Mar que me encandila,
que cree que soy él
y él que soy yo.
Llegó el día,
se lavó la sal,
nunca habían penas,
sólo ideas que hoy
suelto envueltas de mí.