Noche, desvelo de mi amar
tenía el aspecto de un arcoiris en mis sueños,
mis sueños paseaban por mi faz,
tenía en mi tez el desvelo de tu amar.
Amar concepto abstracto,
revuelto de asir,
demente condenado al sentir de su latir,
convenciendo al amante a vivir
todo suspiro al percibir
el lento bosquejo de tu voz y aliento.
Vino el amanecer,
y mis recuerdos partidos surgían,
conocían el pendiente otorgado
por las ojeras al amar,
dolientes remembranzas desecharon la noche,
aquella insistente del destino a habitar.
Las estrellas gritaban
conocedoras del ayer,
vieron en sus ojos
los golpes de amar,
amarra el deseo,
ocurre el desvelo,
encuentro el camino
menos caminado,
regalando un pedazo de paz.
Viendo mi cuerpo
en el imperio de los ideales,
respirando los colores
fabricantes de mi realidad.
Realidad de mi alma presada,
llena de la añoranza,
viendo la bonanza del espectro
derramando en ti,
fiel discípulo del corazón amado.
Aprendí así la lección,
la canción enamorada,
no de ti, amante,
sino tú, noche,
habitación cerrada
en un eterno comenzar
otorgante del delirio,
hambreado del oficio,
único abismo empapado de él,
noche, desvelo de mi amar.