El ave de la libertad
Lina Ru
El ave de la libertad
Esta cultura que todo lo vuelve consumo nos está tragando vivos. Nada es suficiente, todo es indiferente y se niega que existe la pobreza cuando le cuelga un letrero que dice: Soy pobre. Si el que tiene no quisiera tanto, el que no tiene tendría. Si el que tiene diera tanto, el que no tiene todo daría. Si el que tiene no fuera tonto, el que no tiene le enseñaría. El dilema presentado es que estamos parados de cabeza y creemos estar viendo derecho. La sabiduría se esconde en la Pirámide del Sol y en el Templo del Amor que nos enseña que: Mientras persigamos en desesperación, estamos perdidos. ¿De dónde viene esa separación que nos dice soy pobre o rico? ¿Acaso viene de la creencia de ser un cuerpo y una mente? Si el pobre es más rico que el oro. Si el rico es más pobre que el amoroso. ¿En dónde se quebrarán las murallas que nos hemos construido, de unos contra otros? El pobre es rico y el rico es pobre hasta que se borran las fronteras y ya no hay más pobreza ni riqueza, sólo un montón de corazón abierto a la ofrenda que nos entrega el todo y ese todo se rechaza con todo el corazón. Si el pobre y el rico aún existen es porque nos negamos la ofrenda que nos entrega libertad. Libertad es el ave que el poder quiere atrapar. Si quieres más, mucho más que el otro, ¿en dónde hemos de parar? Si se atrapa al ave nos volveremos pobres por más oro que tengamos puesto su ofrenda máxima es la verdad. Y eso sólo existe cuando las barreras entre tú y yo se hayan disuelto y podremos ver que la sabiduría no es un título sino una entrega a lo que es verdadero y eso se sabe al ver un amanecer con los ojos del corazón abierto a la eternidad. Y en esa eternidad ver a todo en un segundo, y en ese segundo darnos cuenta que lo que tenemos no es para nosotros sino para los demás, siendo los demás, uno mismo en vuelo. Sólo así se le abofeteará a ese consumismo inconsciente que nos ahoga con drogas ya que nos roba la alegría que viene de la inocencia de ser el ave al aire en verdad, en eternidad, en un dar que constante nos hace diferentes, nos hace ser nosotros mismos. Después de esta hambruna de ser quienes verdaderamente somos, sabremos limpiar las lágrimas del que en injusticias abunda por fin como aves de la libertad.