Condenado al poder se ató
Lina Ru
Condenado al poder se ató
Le está cerrada la entrada a la libertad. Sucede que él nos ató para sentirse más fuerte, él nos condenó para vestirse superior, él nos enlodó para compararse en pureza, él nos cegó para que no veamos a la verdad, pero ah… ¡Cómo se engañó! Quien se ensancha y mancha, no alcanza la fuente que nutre su más íntimo bienestar. Quien se agranda y amarra el bienestar que no le corresponde sólo se ahoga en la maquinaria detrás su usurpación. Quien se aprisiona y encierra con la voz de la expectativa que creyó lo exaltaría se sentencia al candado sin gallardías porque lo que creyó nos cegaría, lo cegó, lo que creyó nos enlodaría, lo ensució, lo que creyó nos condenaría, lo amarró, lo que creyó nos ataría, lo llevó a la entrada de la libertad, pero en el pórtico se quedó mirando a esa puerta que creía se abriría para darle todo lo que en quimeras quería. Y cuando al fin, se abrió, no lo notó porque mientras esperaba se cegó, se ensució, se condenó y se ató por eso ahí se quedó esperando sin probar al néctar de la liberación que se siente al actuar de tal forma que nunca se necesita cegar, enlodar, condenar, ni sombra atar sino un gran gracias dar.
Este poema fue inspirado por la propuesta de escritura creativa donde se pregunta: ¿Si el poder fuera un objeto, cuál te imaginas que sería? en Eres Poesía.
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