Enamorada de él
parecería que te perdí al amanecer,
la luna llena de desbordante espuma dulcificada,
los granos de café reflejan el paso del dolor congelante,
esos antiguos saboreantes del aroma fuerte a amanecer.
Salimos del techo refugiado,
a los relámpagos de la luna,
parece que te mira, parece enamorada de tu risa,
ese perfume dedicado a los astros
derramándose sobre los pobres mortíferos,
resguardando la última palabra en tu alma,
fascinándose a cada instante,
de tu sutil respirar.
Es el abrazar el recordar, tu eterno desear,
tus labios entreabiertos hechos míos
el día de la caída del sol,
estuviste hecha para llenar
mi café en leche azucarada,
dejando el ardor para el final
de un principio sin conocer.
Y así como fuiste mía,
desapareces el color de mis ojos
para habitar en el tirite de las estrellas azuladas,
aquella que me encandiló el corazón latiente,
aquella que morirá si cesa de mirarme
y dejó el día de lado para vivir en ti.
Aquí o allá, conmigo o sin mí,
habitante o vacante,
el cielo deja tu mirada
y me convierte en ese destello
de tus ojos enamorados,
conmigo, enamorada de él.