Cuelga de la cama
Lina Ru
Cuelga de la cama
Constante
sobre mi cama,
cuelga
el
r
e
c
u
e
r
d
o,
aquel que taladra
mi pensamiento
con la necesidad
de poseer
lo que creo,
lo que manifiesto
como mi merecer,
aquellas creencias
emborrachadas
por la necedad
del ciego
que, sin tocar la fe,
cree lo que escucha
sin entender
su porqué.
Te esfuerzas
para que
una sombra
te aplauda,
¿qué pasaría
si reconocieras
en su forma
a tu cuerpo?
Deja de buscar aprobación
en las manos del otro
que como tú,
sufren de soledad.
Están rodeados de gente
que aplastan a la verdad
y pierden su autenticidad
por centavos de felicidad.
Todo por estar inmersos
en la cama,
perdida su mirada en lo que se les ha
presentado, confiando
que la noche
nunca les ha de llegar.
Mentiras que se tragan,
mañas que les sobran
para engañarte, para decirte
que sus formas
son mejores
cuando no saben
lo que los informa,
pero en tal artimaña
se sienten superiores.
Te meten a su forma
para hacerte creer
que no hay más
que ellos y su sombra
cuando eres tú
el que se asombra
con su sombra
mientras tachas tu fondo,
sí, tú, formación
en autenticidad.
Si te arrastran,
cambia de cama,
arranca la saeta
aquella que te ataca,
aquella que te ata,
aquella que te aclama,
aquella que toca
la cabeza mientras
amarres tu mente
a lo que no tienes,
al pasado que pesado
te condena a ser
un prisionero
desviado
de tu desvelado
creer.
Cambia,y si regresa
lo
c
o
l
g
a
d
o
.
.
.
.
Cuelga
de la cama
lo que llevas
y deja que se lave
con el viento.
Sí, tú, que vuelas,
pero sólo si logras reconocer
lo que constante te mata
al atarte
a la frustrante posesión,
aquella que te hace verte
como la sombra
del otro en vez de un fondo
cuya forma forja una felicidad
increíble en ti.
