Incluido en tu sangre
entra a mi palpitar,
es el ensueño de respuestas robadas,
velero atormentado
por el liar de tu caricia.
Los gozantes de ironía
parecían pernoctar
el honor hiriente,
hondando el habitar,
lo carecente resurge de mi sangre.
Ese salado río interno
permite encarecer la voz
llorante de libertad,
ahogada de escarlata
decide perforar
el exaltado respirar.
El piso de árboles
secos y mojados,
fragmenta la anhelada unión,
presenta la delicia envestida
de flores y guarnición.
Definitivamente
coloco el amén
en mi boca lastimada,
conozco el labio morado
después de escarchar,
cae en el lago mi regenerar.
Vino mi rocío ensangrentado,
perteneciente a mi corazón gangrenado,
voy muriendo,
los segundos no me alcanzan,
vengo del cuerpo absorto
en cristales y fauna.
Dejé las presas,
olvidé mis cadenas,
el sabor amargo
culmina en la azucena hecha seda,
revistiendo mi dermis,
volviendo la sal al ciclo,
sonriendo y llorando.