Voz de músico
Lina Ru
Voz de músico
Fría, dura, temblando, quebrando el tímpano hecho hielo, resuena un eco cristalino, así es tu voz, cada vez que me enamoras. Al respirar tu sinfonía álgida se regenera el hado, regresando la hada a tu helar, ¡qué pesar! Se tumultuaban proezas, aún se preservaba la ilusión, esa cubierta de escarcha, esa cubierta de mí, lo que daba, era lo que veía y sin ver verdad, creía: eres como soy soy como eres, pues, ¿quién conoce bien quién uno es? Pero aún con la laringe tallada, tu melodía ensuciaba mi cara, por última vez, me digo, por última vez, me dices desde la tenebrosidad que llamas amor. Eres un encuentro fatal de estrofas dolidas, con exiguo final pero con tendencias a perpetuarte como suave eufonía que logra derramar lluvia y acero, tu cambiante tez, sobre mi cansada faz, tú, inconcebible paz, susurrando como olas que nunca llegan. Y por eso, te dejo, anochecida primavera, que tres veces me encandilaste con el reflejo de mi ser, tú, espejismo cruel, eres la voz soy, eres sin ser, tú, hierva del vado, fibra fluorescente que aún no sabe florecer.
Hay personas que saben reflejar lo que llevas dentro. Si te volteas, y lo que ves no coincide en hechos, aléjate. Más valen los hechos que las palabras. En vez de creer que el otro brilla en el reflejo de tus palabras, mejor sigue los hechos porque en hechos se crea luz.