La verdad nos reclama, está de luto. La verdad nos aclama, está esperando. La verdad es un loto, semilla en el lodo. Dí la verdad y ella en su gracia te lo agradecerá con bien. Es el bien la máxima de la ética. Es el bien quien nos indica que amar a los demás como a uno mismo es la verdad. Pero lo crucial es, ¿Cómo amarme a mí sin ser egoísta? ¿Cómo amarme a mí sin ser narcisista? El balance perfecto se acerca a la verdad. La verdad nos afirma: si entiendes quien eres, sabrás amar. La verdad nos confirma: si te comprendes, sabrás dar. La verdad es un loto, abierta a lo que eres, de frente al sol sin más lodo. Sólo es ........................esto, y se nos prende la luz.
