Conocí a una pintura
que no tiene nombre,
pero sé que anhela
hacer las paces con sus sueños,
sé que toca
la melodía de los tiempos
mientras se abre
a su pincel
para respirar al mundo
que la vio nacer,
aquel que le regala
el aroma del conocer.
Y conoce...
Navega por los caminos de la admiración,
vuela por los campos de la observación
y suelta risas sobre la tela de su cognición.
Y camina...
Para alcanzar ese abrazar de colores,
que le hará inhalar una neblina de luz
para encontrarse entre pasos firmes
que se le entregan.
Y entrega...
A los ciegos, un venda transparente,
a los mudos, una voz de conciencia,
y a los sordos, un cosmos musical:
Vive los milagros
que te colorearon,
un corazón de eternidad
que sueña con pintar su realidad
como retrato que derrame
a todo el que la mire,
en arte, obra y...
que observa....
...que admira
vida...
Un mundo mejor es posible Nuestra vida es una pintura. De lo que dibujes en ella, tendrás en algún momento que observar. ¡Y que mejor, que pintar para que un día admires lo que pintaste! Paciencia, esfuerzo y pasión, es decir, amor hacia lo que hacemos. ¿Será?