Manos entumecidas
Lina Ru
Mis manos entumecidas se vuelven herméticas como mi mente cuando quiero conservar algún tesoro elemental, de esos encierros que me incitan a la violencia procesal, a la tendencia mental que encierra, sofoca y condena mi espíritu a lo personal. Quiero soltar mis murallas. Quiero adivinar los incisos que me faltan. Quiero, pero tengo las manos cubiertas de artritis, arte sin tesis. Quiero, pero soy esa enfermedad física que atrofia mi espiritualidad si no estoy dispuesto a regalar mi libertad para recibir a la verdad. Me hacen creer, pero no son ellos. Me hago sentir atrapado, ahogado y atorado en las espinas del matorral que me hace juzgarte como el cómplice ideal del inferno macizo que me amenaza. Perfecta excusa para seguir sufriendo, para no confrontar a mi falta de valentía, aquella que me entumece, aquella que llamo frío, para no investigar lo que soy, lo que llevo, y a lo que voy. Voy ahora consciente de mi trágico confesar… Lloro, sin lluvias, hablo, sin ondas, tiemblo, sin lunas hasta que amanece. Mis manos rompen los esquemas establecidos. Mis manos envuelven al frío que antes me detenía y en tal ironía, me suelto. Sólo cuando atiendo a la belleza del silencio que me abraza logro volverme el sonido que se calla para hacerme realidad.