Rebelde en la llanura del tiempo
cae un relámpago pendiente
de la próxima revolución.
Se acerca el momento de confesar
que la era de la fragmentación
terminó.
Estamos todos aquí reunidos
para bailar entre estrellas
que nos recuerdan
que estamos hechos de ellas
y que nuestra cognición
está en constante transformación.
La expansión de nuestros límites
sucede a cada instante
que sentimos más allá
de nuestra piel.
La era de la fragmentación está
en su momento de espiración,
y si estás en el límite de tu dolor
por tal división,
recuerda:
Todos sentimos
como tú,
el dolor y su color,
la alegría y su elevar,
pero entre estos dos
está el amor.
Siento lo que eres
porque me fundo
a través
de mi experiencia
con la tuya.
Todos estamos unidos
por los átomos
que nos
dieron
el ser.
Todos estamos unidos
por las moléculas
que nos
hicieron
ver.
Todos estamos unidos
por los universos
que nos
vieron
nacer.
La empatía existe cuando has sentido hasta su máxima expresión, y en tal fusión hacia lo que el otro siente, dejas de ser tú mismo.
Sí, la belleza de dejar de ser tú mismo es el regalo más grande del universo. Y estamos perdiendo esa oportunidad por la era que nos pisa los talones: La era de la fragmentación, aquella que dice que somos como el texto y que estamos divididos inevitablemente en cuerpo y mente.
Te pregunto: ¿Qué es el cuerpo? ¿Qué es la mente? ¿Qué tanto depende la mente del cerebro y viceversa? Si dejáramos de dividir y lo viéramos como un todo, que en sus partes pudiera estar dividida, pero en su visión entera es uno. Entonces la pregunta no sería si una afecta a la otra, sino ¿Cómo le hago para existir en armonía?
¡Ya basta de esa era de fragmentación!
Esa fragmentación nos está matando la creatividad y su plenitud interior.
No creas lo que leas, sino busca en tu interior la verdad. Sólo esa experiencia realmente te transformará en un ser que este mundo está añorando: Un ser de amor trascendental, uno que puede sentir al otro hasta perder su propio creer, tú.

Budismo, ciencia y chamanismo. La imagen espiral que usaste (símbolo
de los huicholes/tecoxquines) representa el ver más allá, la transformación
de la visión separatista de newton a la actual física (cuántica) moderna, el entrelazamiento cuántico y la fuerza “invisible” de donde partió todo y que está uniendo a todo: el amor.
Simplemente….disculpen la palabra: chingón!
Gracias por comentar, tu visión integrativa le da una significación especial!